«El problema del viajante», que un ordenador puede tardar
varios días en resolver, resulta sencillo para estos insectos
Científicos británicos han descubierto que las abejas son
capaces de realizar la ruta más corta posible entre las flores incluso si, en
un experimento, éstas son cambiadas de orden. Parece algo simple pero, en
realidad, su comportamiento demuestra una mente matemática de primer orden. Al
elegir la ruta más corta y eficaz, son capaces de resolver un complejo y famoso
problema matemático conocido como «El problema del viajante de comercio».
El problema del viajante consiste en encontrar el recorrido
más corto para un vendedor que tiene que visitar varias ciudades y volver al
punto de partida. Se lo plantean, por ejemplo, las compañías de teléfonos para
elegir la ruta que deben seguir los recolectores de dinero de las cabinas
públicas instaladas en una ciudad o, claro esta, los comerciales que deben
hacer una ruta en poco tiempo.